Aquello que se repite en tu vida y te duele, tiene explicación

autor: Rubén Escartín | 22 de enero de 2025

¿Te has encontrado alguna vez atrapado en un ciclo del que parece difícil escapar? Tal vez te hayas preguntado por qué ciertos patrones o situaciones se repiten en tu vida, creando la sensación de que el destino es más fuerte que tu, se escapa a tu control y tú eres solo un espectador.

Si te has sentido alguna vez como si estuvieras viviendo la misma situación una y otra vez, no tienes mala suerte, hay una causa detrás de esa repetición.

Existen explicaciones profundas y significativas detrás de estos patrones cíclicos de comportamiento que pueden estar anclados en lo más profundo de nuestra historia familiar y personal.

En este artículo, exploraremos cómo las herencias ancestrales, las improntas gestacionales y las experiencias de la infancia pueden influir en tus comportamientos y decisiones diarias. Desentrañaremos el misterio de la rueda del destino y plantearemos herramientas para romper las cadenas del ciclo repetitivo que a menudo nos encadena a un destino pasivo.

Herencias Ancestrales: La Carga Psíquica de las situaciones no resueltas

Todos llevamos una carga psíquica que, en muchos casos, heredamos de nuestros ancestros. Las creencias, traumas y experiencias vividas por nuestras generaciones pasadas influyen de manera directa en el tipo de decisiones que tomamos en nuestras vidas y en la manera de vivirlas. Esta carga puede manifestarse en distintos aspectos, como las relaciones afectivas, relaciones con el dinero, con el trabajo, con la sexualidad… o incluso la forma en que enfrentamos los desafíos. Reconocer estas herencias es el primer paso para liberarte de ellas. Al identificar patrones, puedes empezar un proceso de reconciliación del drama ancestral, entendiendo que estas influencias externas han dado forma a tu realidad actual.

Gracias al patrón que se repite, al síntoma que nos plantea la vida, podemos empezar a explorar nuestra historia familiar buscando situaciones en las que encontremos un escenario en el que el patrón se dió de manera real o simbólica.

Para ello hay que apoyarse en el lenguaje simbólico de nuestra mente profunda, que es la que graba todas estas improntas como si de un almacén se tratara, y siguiendo el principio de que la energía ni se crea, ni se destruye, dice la física “solo se transforma”, y en este contexto podemos matizar “si alguien la transforma”, pues si no es así, la energía queda completamente igual, como si se tratara de una fotografía.

¿Qué ocurre en esa fotografía?

Que queda retratada la situación que se vivió, sus participantes, con sus emociones, con su dolor, con sus pensamientos, con la dinámica que se estableció y, sobre todo, con la energía oculta que nunca llegó a revelarse o a reconciliarse (hablamos siempre de situaciones de dolor).

A partir de ese momento, y siguiendo la premisa universal de que “Todo busca ser amado”, se inicia todo un mecanismo por el cual esa información, ese dolor, y ese estrés, van a tomar forma en algunos descendientes, hasta que alguno le dé salida a esa carga, a ese secreto, a ese drama.

Improntas de la Gestación: Fundamentos del Destino

La etapa de la gestación es crucial en el desarrollo humano, ya que no sólo se forman nuestros rasgos físicos, sino también se reciben todos estos mensajes ancestrales de nuestro grupo familiar, además de recibir nuestras primeras improntas emocionales en base a las experiencias que están viviendo mis padres en esos momentos.

Todo esto va a empezar a programarse no solamente en nuestra psicología, sino también en nuestra biología, pues estas impresiones emocionales, estas fotografías heredadas, al recibirlas justo en el momento de la creación de órganos y tejidos, van a dejar una huella en ellos, que provocará que más adelante seamos sensibles a ciertos tipos de patologías, algunas de ellas llamadas “congénitas”.

Además, cuando se activen estos mensajes heredados por estar viviendo una situación que activa la memoria, los órganos que habían grabado ese mensaje van a reaccionar, ocasionando un síntoma que podrá ser leve o muy intenso, en base a la experiencia vivida y a la intensidad de la memoria grabada.

Por tanto, en la gestación empieza a grabarse en nuestro cuerpo físico, emocional, mental y energético todos estos mensajes que, a partir de ese momento, estarán disponibles para darnos un prisma muy concreto ante la vida: van a marcar nuestros intereses, nuestras sensibilidades, la predisposición a ciertas enfermedades biológicas; igualmente desórdenes emocionales y/o mentales.

La Infancia: Activando la Rueda del Destino

Está aceptado por todos que los primeros años de vida son cruciales pues se forjan nuestras creencias, carácter y percepciones del mundo. Las experiencias vividas en la infancia moldean nuestra personalidad y forman la base de nuestra respuesta emocional como adultos. Pero la pregunta es: ¿qué es lo que hace que, como niños, reaccionamos de una manera u otra ante las situaciones? No todos los niños reaccionan igual, ni sienten lo mismo, ni con la misma intensidad, y eso se debe a que cuando nacemos no somos un libro en blanco, sino que el 50% de ese libro ya está escrito por nuestros ancestros y progenitores.

En este sentido, la infancia actúa como un espejo que refleja los dramas no resueltos del pasado.

Por ello, en la medida que vamos a ir avanzando en activar las memorias que ya llevamos dentro, nos va a dar la base de desde dónde vivir esa situación, y por tanto, vamos a reforzar el patrón familiar en nosotros, pues no tenemos herramientas para cambiarlo por el momento, sino que vamos a activarlo y grabarlo como respuesta a ciertas situaciones.

Estas respuestas serán fieles al mensaje recibido del clan, pues necesitamos sentirnos que formamos parte de ese clan, necesitamos sentir protección de ese clan, apoyo, amor… Pero, a veces, no se cumplirá esta expectativa por distintos motivos, y eso activará el recuerdo de que otros antes que yo ya vivieron el dolor de no sentirse reconocidos, protegidos, valorados… activando su frustración, la cual haré mía y potenciaré con mi propia experiencia, otorgándole el valor de verdadero a ese dolor.

A partir de ese momento, todas esas experiencias de la infancia serán la herencia del adulto, que lo que hará es reaccionar de manera automatizada a toda esta secuencia programada, y que lo llevará a repetir situaciones y vivencias como si estuviera en una rueda.

¿Qué puedo hacer para actuar sobre estas herencias familiares?

Este destino pasivo, en donde estamos bajo la influencia de estas herencias invisibles familiares, puede ser transformado si se toma conciencia de cómo estas improntas han moldeado nuestra percepción del mundo.

El primer paso es el reconocer los patrones que tenemos ante las situaciones de dolor (huimos, miramos hacia otro lado, les restamos importancia, las negamos, se nos hacen un mundo, nos ahogan, nos paralizan…). Todas ellas están hablando de patrones emocionales ya vividos por otros y que causaron dolor, con lo que hay algo que está reclamando reconciliar lo que sucedió, cambiar esa información que quedó grabada.

Cada repetición que se produce en nuestra vida es una oportunidad disfrazada para reconocer lo que debe ser sanado. Para romper las cadenas del ciclo, es vital reconocer las emociones atrapadas, los pensamientos, el dolor, la culpa… que quedó congelada en la fotografía familiar y enfrentarlos con compasión y entendimiento, sin juicio a su acción ni a las nuestras.

Cuando hablamos de la «reconciliación del drama», nos referimos a la necesidad de Reconocer la carga emocional que arrastramos desde siempre y que el hecho de tomar consciencia que en su origen “no nos pertenece”, nos coloca en un punto de partida en el cual podemos empezar a desapegarnos de esa historia. A partir de ahí podemos, a través del vínculo que tenemos con esos miembros del clan, pues son nuestra familia, poderles transmitir otra consciencia sobre lo sucedido, otra opción, otra respuesta. Es posible que los protagonistas de la historia ya estén en otro plano, hayan dejado su vida encarnada, pero no importa, pues el campo de información familiar contiene la fotografía y podemos actuar sobre ella, además de utilizar el vínculo para realizar cambios.

Hay veces que su campo energético aceptará ese cambio y otras no, pero nosotros ya hemos cumplido con el Legado familiar, con la lealtad, con el mensaje, con lo que ya podemos sentirnos en paz con el clan. Al hacer esto, podemos comenzar a desmantelar la rueda del destino que nos mantenía atrapados en ciclos repetitivos, pues nuestra posición interna cambia y ya no continuamos llevando esa carga, deuda, repetición… A partir de ese momento, se inicia un cambio hacia la armonía, que aparece cuando se cierran los ciclos inacabados.

Romper los patrones que nos limitan requiere una toma de conciencia activa y un compromiso con el cambio. Al conectar con el origen de nuestras reacciones y emociones, podemos comenzar a crear nuestro propio destino.

Una forma efectiva de hacerlo es a través de la auto-reflexión, la meditación, ejercicios de auto-conocimiento y que nos permitan entrar en el lugar en donde guardamos todas esas improntas.

Estas prácticas nos permiten explorar nuestro interior, reconocer nuestras cargas psíquicas y ver claramente los patrones que se repiten. Además, podemos trabajar con alguien que nos guíe para poder desentrañar esos hilos invisibles que nos atan a traumas pasados y a estrategias de cómo afrontar la vida totalmente ineficaces y obsoletas.

Libera la carga y abraza el cambio, lo mereces.

La liberación de la carga emocional que arrastramos es un acto de valentía y amor hacia nosotros mismos. Al hacerlo, no solo trabajamos en nuestra sanación personal, sino que también rompemos las cadenas que podrían estar atando a futuras generaciones. Este proceso de sanación no solo beneficia a nuestro presente, sino que también nos da la oportunidad de modelar una vida diferente, más plena y consciente forjando así un nuevo destino.

En conclusión, todo aquello que se repite en nuestra vida tiene una explicación profundamente arraigada en nuestra historia familiar y nuestras experiencias personales. La clave para acceder a un destino consciente reside en nuestra capacidad para reconocer estos patrones y decidir activamente cómo transformar nuestro relato. Con comprensión y trabajo interno, es posible liberar la carga heredada y avanzar hacia un futuro donde seamos los autores de nuestra propia historia.

Recuerda, tu destino es mucho más que un ciclo; es una oportunidad para crecer y florecer.

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